DESAMOR.

Eh tenido dos novios en mi vida pero puedo asegurar que con ninguno de ellos padecí tanto como con aquel que nunca llego a ser nada. 

Siempre hablan sobre el amor, ese sentimiento magnifico inmenso que te despega de la realidad, que mas allá de sentir mariposas en el estomago te lleva a un nivel mas intenso de profundidad. 

Y que tal esa persona perfecta, aquella que en poco tiempo te arrastra a su mundo y te sumerge en el rodeándote de  placer y felicidad. 

Él se convirtió en ese sujeto perfecto, en poco tiempo mostró un interés singular hacia mí, me lleno de conocimiento, pasión y alegría de vivir. No poseía el cuerpo escultural que cualquiera hubiera querido desear , pero con su carisma y cultura me llenó de excitación.

Mensajes largos, conversaciones interesantes, intercambio de canciones y criticas compartidas, mi mundo se llenó por completo de pequeñas acciones que me enlazaron aun mas con él.

Mi vida parecía adquirir color, al fin cambiaría, conocí a esa persona que desde hace mucho había querido encontrar. 

Dejé a un lado los estigmas, perdí el orgullo y me obligué a perder el miedo. 

Siempre fui cuidadosa con el amor, pero en esta ocasión decidí confiar.

Pero después de un tiempo todo de desplomó,  los largos mensajes se volvieron palabras, las opiniones importantes en comentarios sin importancia y el interés desapareció.

Intente regresar, me aferré. Y ahí aprendí: por mas esfuerzo que hagas para quedarte con algo que ya se ah ido, al final se desvanecerá.

Y dolió bajar de la nube, volver los pies a la tierra, regresar a la cruda realidad del silencio e incomprensión. 

En ese primer instante no me hallé, di vueltas como loca por mi habitación pensando en el por qué. No había heridas, no sangraba pero dolía. En el pecho algo se desgarraba tanto que ardía. Lo lloré, sentí tantas ganas de insistir, casi me rebajo, fue difícil mantener la cordura, pero por la noche retorciéndome de aflicción lo único que quedó fue la fatiga, derrumbada acepte la triste verdad, cerré los ojos y dormí.

Al día siguiente me sentí un poco mejor pero te lo aseguro, nada se sintió real, todo lo que hice requirió un esfuerzo doble, evite sentir y la vida se sintió dispersa.

Sobreviví eso sí, pero bien puedo afirmar,que sentí el dolor mas intenso que había sentido jamás.

-Ely C.

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